miércoles, marzo 01, 2006

El talento de Mr. Ripley


Para mi vergüenza, no había leido nada de Patricia Highsmith, aunque me han gustado mucho sus historias trasladadas al cine, así que pensé que el hartón de amargura que llevaba encima ya empezaba a pedir una lectura más ligera. Y nuevamente me equivoqué: este Ripley ya clásico (en edición de kiosko) se lee de corrido, con pasión, nos contagia el temor a ser descubiertos y caernos --junto con Ripley y sus cadáveres-- con todo el equipo, pero desde luego no nos reconcilia con la buena vida que supuestamente llevan sus personajes ni con el buen salvaje que supuestamente llevamos las personas dentro.
Y no sé cómo cojones se las arregla, pero acaba logrando una identificación tal con el miserable de Tom Ripley que uno recibe el final --amargo y sabio en su retrato de la estupidez humana, no específicamente la policial-- casi con alborozo.





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