jueves, julio 21, 2005

En el borde del mundo




Estas Memorias del juez que procesó a Pinochet se leen de corrido y dejan un regusto amargo. Por un lado, las reflexiones de un funcionario probo que --como no cesa de repetir-- vivió muchos años ciego a las atrocidades de la dictadura militar. Por otro, el relato frio de esa misma atrocidad.
Estremece la trayectoria de un hombre acomodaticio que sin embargo no deja de esperar a hallarse un día en la situación que le permita seguir los dictados de su conciencia. A ese efecto, va dando pequeños pasos que relata con minucia, mientras pasa por alto los desiertos de indiferencia que los enmarcan.
Sobre todo, conmueve un ejercicio de una peculiar sinceridad al mostrar cómo se fueron cayendo, poco a poco, los velos que cegaban su mirada.



miércoles, julio 20, 2005

Mi idea de la diversión




Este peculiar libro es el responsable de que lleve mes y pico sin actualizar. No es que estiviera atacado con él, pero avanzaba tan lento --la estación tampoco ayuda-- que ha llenado casi sólo (junto con alguna lectura profesional) todo ese tiempo.
El libro de Will self es desconcertante: supuestamente humorístico, cuenta la historia de un monstruo y el monstruo mayor (el Gran Controlador) que lo prohija y enseña. Las monstruosidades del pájaro son verdaderamente espeluznantes, aunque las describe con tal distancia y a la vez tal grado de detalle que llegan a hacerse tragables. Con todo, no creo que me haya reido más de una vez o dos leyendo este libro. Me resultaban atractivos, sin embargo, el personaje y la forma de describir de Self, sumamente precisa y a la vez sumamemnte alusiva. La historia te va llevando --aunque sin arrastrarte-- entre una maraña de personajes a medio camino entre el costumbrismo y el delirio. Algo hay en la novela que te impide soltarla sin más (y eso es lo que suelo hacer cuando algo no me gusta).
Creo que más adelante le daré otra oportunidad a Self, pero, definitivamente, ésta no es Mi idea de la diversión.


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