Federico Sánchez se despide de ustedes

Andaba a la rebusca de los ecos de Federico Sánchez de 1953, y encontré pocos, pero en cambio no pude soltar el libro de este peculiar ministro de Cultura. No sólo por el análisis de las encrucijadas de la socialdemocracia en los tiempos de caída del Muro, sino por muchas reflexiones lúcidas y algunos retratos inmisericordes de Alfonso Guerra y los ministros guerristas, pero también reflexiones atinadas sobre la cultura y la democracia.
Una conclusión: "¿Había aprendido algo esencial durante mis años ministeriales?
Nada esencial, a mi entender. Nada que no supiera ya por los libros."
Curioso ¿no?
En realidad, la Chejova es una mera excusa para contar historias de supervivencia en dos de los entornos más insalubres de la historia europea reciente: la Rusia de las purgas y la Alemania de los nazis.

