domingo, agosto 14, 2005

Lo mejor que le puede pasar a un cruasán



La compré con curiosidad --pensando equivocadamente que tenía algo que ver con bitácoras-- , la leí con agrado y del tirón y me reí en bastantes momentos. La novela está bien montada, y el prota es una especie de inútil con encanto, con mucho desparpajo y mucha coña marinera. Alguien que no quisiéramos tener como hijo (o hermano) pero con quien pasar una noche de farra memorable. No hay mucho más en la novela. Un final disparatado pero con gracia y una divertida manera de ir desenredando un catálogo de personajes relacionados de modos inverosímiles.
Para pasar el rato. Ni tan ácido con Carvalho ni tan disparatado como el protagonista sin nombre de El laberinto de las aceitunas. Pero , si saca otra, tal ve la lea.

Hay peli , pero creo que es aún más floja.

2 Comentarios:

Blogger MH said...

Cierto, las comparaciones son odiosas.

7:13 p. m.  
Blogger Hans said...

A mí me gustó, como lectura (otra vez) veraniega. Agostí, por ser exactos, y entre cosas de mayor enjundia. Hice risas. El final es muy malo en relación con el resto. Lo mejor, la bebida del prota: Vichoff (agua de vichy con vodka... ¿era smirnoff o eristoff?)

Mendoza es un terallón de veces mejor escritor.

12:15 p. m.  

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